Conócete a ti mismo
“Te advierto, quien quiera que fueres, ¡oh; tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera! Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros. ¡Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses!” (Inscripción en el frontispicio del Templo de Apolo en el Monte Parnaso, Grecia; 2500 a.C.).
Ciertamente, si no hallamos dentro de nosotros mismos aquello que buscamos, jamás podremos hallarlo fuera. Con justa razón afirmaba Sócrates: «Solo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento».
Necesitamos conocernos a nosotros mismos para eliminar aquello que nos sobra y adquirir aquello que nos falta, si es que queremos sumergirnos en el gran océano de vida que es lo Real, más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.
Quien no se observa no se conoce, y quien no se conoce no puede cambiar.
El primer paso para sacar la conciencia de su sueño es autoobservarse profundamente. Solo así podremos conocer las transacciones, los intereses, los gustos, las simpatías, etc., de cada defecto psicológico y asimismo, las consecuencias que en nosotros y en los demás provoca. Pero indudablemente la autoobservación no es todo. La senda que ha de llevarlos a la Iluminación nos exige COMPRENDER y ELIMINAR lo observado.
Pero esto es un tema que necesariamente requiere ser abordado en un marco distinto, como el que proporcionan nuestros cursos y todos nuestros títulos, de una calidad extraordinaria tanto en su continente como en su contenido…